Si algo deja en evidencia el sexo tántrico, es que éste se diferencia bastante de la perspectiva que se tiene del sexo occidental, en donde pareciera que la meta más importante en todo momento es la de alcanzar la eyaculación.

Sin embargo, el Tantra va por mucho más. Este se trata de expandir y liberar al cuerpo, de usar al sexo como una herramienta para explorar la espiritualidad. Para ello en el Tantra se emplea cada uno de los sentidos, para así poder llegar a un punto inagotable de placer en todo momento.

Lo mejor de este tipo de placer es que no solo se busca el placer individual y egoísta, sino que la pareja se convierte en una sola. También el sexo tántrico puede ser tanto practicado por hombre y mujeres, como con parejas del mismo sexo. Pero siempre tendrán los mismos objetivos, que son los de alcanzar la máxima plenitud sexual.

Por lo que no es de extrañar que la popularidad del sexo tántrico gay vaya en ascenso en cada oportunidad.

Sexo tántrico gay Madrid

Si estás interesado en la práctica del sexo tántrico gay en Madrid, hay buenas noticias y es que los talleres disponibles para enseñar acerca de este abundan en todas partes. Los mismos son excelente oportunidades para conocer a fondo esta práctica, además en ellos se dan oportunidades enormes para encuentros.

Masaje tántrico gay

Básicamente un masaje tántrico gay comienza por relajarse y dejarse llevar. Es importante el preámbulo y por igual lo son las miradas. Estar en contacto visual con el masajista siempre será una de la claves para alcanzar la máxima plenitud durante el masaje.

Es importante dejar que la energía fluya durante el mismo, como es igual de importante no permitir que la misma se bloquee al no dejarla circular. Si bien quien será masajeado será consentido por el masajista, la persona que está recibiendo el masaje necesita de colocar de su parte para que la experiencia sea una excepcional.

¿Cómo se hace el masaje tántrico gay?

Para hacer un éxito de este tipo de masajes, lo principal será emplear aceites o bálsamos para poder masajear con mucha más soltura y comodidad. Hay que emplear las yemas de los dedos para explorar el cuerpo del compañero con suavidad pero la consistencia necesaria.

También se pueden emplear, lo que son plumas u otros instrumentos para hacer de la experiencia una mucho más placentera.